Comprar o arrendar oficinas? Esta es sin duda una de las preguntas más importantes que las empresas se hacen a la hora de buscar un centro de operaciones. El 70% de las compañías que operan en Chile hoy son dueñas de las propiedades donde realizan su actividad, lo que contrasta con la realidad de países desarrollados, donde la cifra es inferior al 40%, dice un informe de Colliers.

Esto se debe a que tener un inmueble propio se asocia a solvencia financiera, paradigma que en otros mercados está quedando atrás. “Cada vez es más común ver a empresas que desarrollan sus proyectos desde cero o venden sus actuales instalaciones, lo que está sujeto a un contrato de arriendo de largo plazo”, dice el informe.

La consultora hizo el siguiente ejercicio para medir qué es más conveniente: para una oficina de 500 m2 en el sector prime de Santiago, y asumiendo una tasa de descuento de 10%, comparó el valor de seguir como dueño y vender en un plazo de 15 años, versus transferir el inmueble y seguir como arrendatario. “Esta última alternativa representa un valor actual 26% superior a la de seguir como dueño”, dice Colliers. El managing director de Colliers, Jaime Araya, dijo que, con esto, la empresa logra recursos que luego puede destinar a su negocio principal. Ejemplos de tal esquema son los edificios corporativos de Deloitte, IBM, Xerox y de BHP Billiton, que es desarrollado por un fondo de inversión que firmará un contrato de arriendo con la minera, y que implica una inversión de US$ 50 millones.

Se estima que las inversiones institucionales en activos inmobiliarios superan los US$ 10.000 millones. Las compañías de seguros dominan tal mercado, con una participación de 52%, seguida de fondos de inversión (32%) y family offices (16%).

Las cifras se explican porque las compañías de seguro buscan activos de bajo riesgo asociado y largo horizonte de inversión. Sin embargo, en el último tiempo “hemos visto que actores como fondos de inversión y family offices ganan terreno en el negocio de renta y desarrollo inmobiliario, debido, sobre todo, a las rentabilidades de estos productos frente a otros activos de riesgo similar, dijo Araya.

Araya comenta que “si se compara el retorno del bono de una empresa a un determinado plazo, con un activo que esta misma empresa arriende a un inversionista, la rentabilidad de este último entregaría un retorno 3% a 4% superior”.

Éxitos!!

Fuente: diariolatercera.com