Una empresa femenina no es aquella cuyos productos son dirigidos para las mujeres, ni es una comandada por una ejecutiva. Una compañía que presenta atributos femeninos puede contener esos atributos, pero no es eso lo que la califica. Puede ser una fábrica de balones de futbol y ser dirigida por un jugador de  rugby y ser una empresa femenina, pero solo podrá ser así si cuenta con un atributo: fertilidad.

Organizaciones fértiles son las que pueden ser fecundadas por nuevas ideas, están preparadas para generar proyectos y ser capaces de producir nuevas formas de vida y aumentar la prole de las realizaciones felices, de los resultados sorprendentes y de la longevidad empresarial.

Empresas son femeninas  cuando son más tolerantes, cuando no se amedrentan frente a las nuevas posibilidades ni se niegan a aceptar los desafíos. Porque así son las mujeres, que traen en su composición vital algunas características de adaptabilidad y resistencia que a veces faltan a sus pares hombres. Lo que no significa que ellos no posean tenerlas o desarrollarlas. Se trata de una cuestión de voluntad y de inteligencia.

Conozco empresas femeninas en todas las áreas  y las reconozco con facilidad. Son aquellas en que el ambiente es bueno porque hay una preocupación con la felicidad, y  consecuentemente son personas más comprometidas, que sienten más confianza y tienen espíritu más colaborativo. Una compañía con perfil femenino usa su fertilidad para producir beneficios para sí misma y para todos, pues entre sus cualidades está la generosidad.

Ese tipo de organización en que la  innovación hace parte de la cultura, no es apenas una exigencia de la circunstancias. En este tipo de ambiente la creatividad corre suelta, como una mascota querida, y es bien tratada por todos. La comunicación es buena, la colaboración es plena y el aprendizaje es una constante. Todas esas cualidades pueden y deben ser desarrolladas e implementadas, hasta para aproximar a la compañía a su esencia. A final, empresa, es, si, un sustantivo femenino.

ÉXITOS!!!!

Fuente: Fernando Vigorena